Redacción El Profesional del Siglo XXI

 

En pleno momento de vertiginoso avance tecnológico, la creatividad generalmente se presenta como un talento humano único que es menos susceptible a dicho avance en el futuro. De hecho, la creatividad es considerada por los científicos del comportamiento como una obra maestra humana.

 

Sin embargo, las aplicaciones de IA, amenazan con interrumpir esta posición única y alterar drásticamente la actividad creativa. Basados en enormes conjuntos de datos y comentarios de los usuarios, estos nuevos modelos generativos de IA pueden producir nuevo material en forma de texto, imágenes, audio o una combinación de estos.

 

Lo que no está claro, es cómo se manifestará este tipo de influencia. Pueden darse diversos contextos en este sentido. Por un lado, la IA se está utilizando para ayudar en la cirugía médica o para detectar cáncer. También se emplea en el servicio al cliente, junto con la robótica, la cual, se utiliza para aumentar la velocidad y la confiabilidad del almacén al mismo tiempo que se reducen los gastos. Los usuarios no necesitan ser extremadamente expertos en tecnología para usar estos productos. De hecho, la mayoría de estas aplicaciones son tan fáciles de usar que incluso los niños con habilidades lingüísticas de nivel elemental pueden usarlas ahora mismo para generar contenido. Son útiles para casi todo el mundo. Las personas que realizan un trabajo creativo no lo ven una amenaza. Se enfoca como que, en lugar de desplazar a muchos creadores, la IA ayudará a las personas a continuar realizando el trabajo que realizan actualmente, pero a un ritmo más rápido y eficiente.

 

De esta forma, se espera que la productividad aumente, porque la dependencia de las tecnologías de IA que emplean lenguaje natural minimiza el tiempo y el esfuerzo necesarios para generar nuevas ideas o fragmentos de texto. Por supuesto, las personas aún necesitarán dedicar tiempo a corregir y editar los datos recién creados, pero en general, las iniciativas creativas deberían poder avanzar más rápidamente.

 

La capacidad de obtener, contextualizar y analizar el conocimiento de forma rápida y sencilla puede ser darle un uso comercial de mayor fuerza. Un soft de lenguaje, unido a un sofisticado algoritmo de inteligencia artificial, ayudará a las personas a desarrollar rápidamente una mayor cantidad de ideas y soluciones que luego pueden probar para mostrar más y mejores resultados creativos.

 

De esta forma, la IA altera fundamentalmente la estructura de incentivos para los creadores. Si la IA rompe el contenido humano genuino, existe un riesgo real de que la innovación se detenga con el tiempo a medida que las personas crean cada vez menos arte y material nuevos. A medida que la calidad promedio del material cae junto con el porcentaje de contenido humano real, será más sencillo desarrollar contenido viral políticamente controvertido y volúmenes sustanciales de información errónea.

 

Otra opción, es que surja una gran concentración en el material creado algorítmicamente. Las personas pueden aprender a respetar la verdadera creatividad nuevamente. Si bien los modelos generativos tienen habilidades extraordinarias y ocasionalmente emergentes, con frecuencia producen material, que parece válido, pero está lleno de inexactitudes fácticas y razonamiento erróneo y, esto, puede beneficiar a la creatividad. Para ello, se requerirá que el liderazgo político tome medidas para aumentar el control de los espacios de información a fin de hacer frente a los posibles peligros adversos.

 

En definitiva, debemos evaluar qué significan estas nuevas tecnologías para los creativos y cuánto peso queremos dar a la autenticidad humana, a la creatividad como generadora de emociones humanas. Sin duda, surgen nuevos paradigmas mentales provocados por el avance tecnológico y, a los que tenemos que dar respuesta.