Tu Opinión

SIETE CLAVES PARA PREVENIR EL BURNOUT.

(Y DOS PARA CURARLO, SI YA ESTÁS EN BURNOUT.)

 

Uno de los más grandes errores que se pueda hacer, hoy en día, es seguir pensando que el trabajo ocupa una dimensión del vivir ajena a la dimensión privada y a la dimensión social.

No es así. No hay división. De hecho, no hay más que una sola dimensión: vida privada, vida social y vida profesional son diferentes momentos de la misma dimensión personal. Lo cual significa que las reglas son las mismas y que si algo te perjudica en uno de los diferentes momentos, las consecuencias se verán reflejadas en la entera dimensión personal.

 

Veamos entonces siete claves para conservar y nutrir nuestro bienestar emocional y así evitar el burnout.

 

1 DORMIR

Dormir lo suficiente es siempre la clave del bienestar. Que sean seis u ocho horas, son las horas que necesitas para poderte despertar al día siguiente con energía y buen humor. Dormir es como beber agua, es imprescindible. Así que cuida el dormitorio, que esté en orden, limpio, que sea agradable a la vista cuando entras. Que el colchón y la almohada sean de calidad. Piensa que la cama por la noche es como los zapatos durante el día: ¿ahorrarías en tus zapatos?

 

2 RELACIONES PERSONALES

Las relaciones personales determinan la calidad de la vida. La relación con tu familia, con tus amigos, con los vecinos, con tus compañeros de trabajo, con tus clientes y proveedores, con todas aquellas personas de las cuales no sabes el nombre pero que están en tu vida por alguna razón (el señor del supermercado al cual preguntas donde está un producto, hasta el trabajador de Amazon que te entrega tus paquetes).

Cuida todas tus relaciones. Agradece, sonríe, sé amable, pregunta cómo está el otro, pregunta si puedes ayudar.

 

3 BUEN HUMOR

El buen humor es para la vida como un filtro HEPA lo es para el aire que respiramos: lo depura de todas aquellas impurezas que pueden afectar el bienestar.

Tal como hace el filtro, el buen humor no borra lo que no va bien (las impurezas), sin embargo, es capaz de retenerlas para que no nos lleguen a afectar. Busca el lado bueno o cómico de las cosas siempre que puedas. Y por supuesto cuida la información de la cual te nutres a través de televisión, redes sociales, música y conversaciones: descarta lo que es triste, negativo, pesimista.

 

4 COMER SANO

Come sano y come alegre. Elige comida fresca, no procesada. Evita azúcar, comida basura y ultra procesada. Si vives con otras personas, aprovecha la comida/cena para apagar la televisión y guardar los móviles y dedica este momento al estar juntos, al hablar, al escuchar y también al silencio.

 

5 CUERPO ALEGRE

Un cuerpo que se mueve despierta alegría. Alguien me dijo una vez “Si estás triste o enfadado, vete a caminar un buen rato. No hay emoción baja que se resista a la alegría del cuerpo que se mueve”. Así que bienvenido cualquier deporte, por supuesto, pero si no eres amante de ninguno, dedícate unos 30/40 minutos al día para andar. Y verás cómo te sientes.

 

6 SILENCIO

Estamos demasiado expuestos a estímulos de todo tipo. En un mundo lleno de ruidos necesitamos silencio.

El móvil se ha convertido desde hace años en una oficina portátil. Y como si no fuera bastante, las televisiones, los relojes y casi todos los electrodomésticos se han vuelto ‘smart’ y están conectados los unos con los otros.

De tal manera que desconectar de toda esta tecnología se ha vuelto hoy en día una necesidad para conceder una pausa ‘humana’ a nuestro cerebro, siempre expuesto a un estrés silencioso, pero no menos peligroso. La práctica del silencio es, en sí misma, una buena manera de meditar.

Puedes guardar silencio en el medio de la naturaleza o en tu casa -o incluso en tu despacho, si las condiciones lo permiten-. Tan solo cinco minutos son beneficiosos. Respirar despacio, con conciencia. Sonreír con los labios y con el corazón. Internamente decir ‘gracias’. 

 

7 RECONOCE TUS PÉRDIDAS

Las principales pérdidas que podemos sufrir a lo largo de una vida son diez.

Y la muerte de un ser querido es solamente una de ellas.

Eso significa que muchas veces estamos en proceso de duelo (que es el proceso de integración de una o más pérdidas) sin tener conciencia de ello. Estamos sufriendo y no sabemos el por qué. Y este sufrimiento afecta nuestras relaciones, nuestro humor, nuestro nivel de energía. Así que es importante preguntarse qué es lo que hemos vivido en los últimos meses o años y averiguar con la ayuda de un profesional si hemos atendido de manera correcta a las pérdidas que hemos sufrido.

(Por tu información, las demás pérdidas son: diagnóstico médico no favorable o amenazante, pérdida de funcionalidad motora/cognitiva, ruptura de una relación sentimental (de pareja, familiar, de amistad, laboral), pérdida del trabajo/cambio de trabajo/jubilación, maltrato físico/sexual/psicológico/emocional, mobbing/acoso laboral, duelo migratorio, pérdida de dinero/status socioeconómico).

 

Si consideras que ya estás sufriendo burnout, aquí van dos sugerencias importantes:

 

1, ACOMPAÑAMIENTO/MENTORING/TERAPIA

Puedes llamarlo como quieras, sin embargo, lo que importa es que busques ayuda y te comprometas por el tiempo que haga falta para emprender un trabajo personal profundo que te permita recuperar serenidad, fuerza y sentido de la vida. Cuando se sufre burnout, cada día puede ser el día del inicio de la recuperación.

 

2, RELACIONES PERSONALES

Las relaciones personales son lo más importante en la vida de un ser humano, de hecho, la casi totalidad de los problemas surgen de malas relaciones. Así que selecciona una o dos personas en las cuales confías y abre tu corazón: pide poder hablar y que te escuchen, explica cómo te sientes, declara lo que es importante para ti y pide que te estén cerca en esta fase de recuperación y de reconstrucción. Quien te quiere estará honrado de poderte ayudar.