Tu Opinión

Tal como hemos visto y experimentado en nuestras propias existencias, la Pandemia catalizó múltiples aspectos y situaciones de nuestras vidas en general y de nuestro contexto en particular. Y aquel mundo VUCA (Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo) pre-Pandemia, sin dudas se ha transformado en un mundo BANI. Es decir, Frágil (Brittle), Ansioso, No lineal e Incomprensible, como lo describe el autor norteamericano Jamais Cascio.

 

Pero tal contexto global ¿Qué nos exige en términos de competencias de liderazgo?

 

Venimos de un modelo de dirección y control, en el que el temor, los castigos, la presión y la necesidad de poder predecir cualquier resultado, han sido su principal impronta; en algún sentido, un modelo que prescindía de la posibilidad de crear e innovar. Pero en el contexto actual nadie puede quedarse fuera de la innovación permanente ni de la creatividad. En un mundo BANI, ya no se trata de decir el qué hacer y el cómo; se trata de poder mostrar hacia dónde, el propósito el para qué, de inspirar para que cada persona de lo mejor de sí en pos de alcanzar ese propósito; como familia, como empresa, como país, como humanidad……

 

Reinventarse y ser autoportantes para resolver los desafíos permanentes, empoderar, trabajar colaborativamente y aprovechando al máximo la diversidad; generar contextos inclusivos que permitan a cada persona traer todo su ser al quehacer diario; es de allí justamente de donde surgen la riqueza de ideas, la innovación y la creatividad.

 

¿Cómo transformamos entonces nuestro estilo de liderazgo para el nuevo contexto? ¿Cómo transformarnos en Líderes-servidores?, ¿Cómo lograr un liderazgo exponencial?, ¿Cómo nos convertimos en líderes cuyo poder transformador aumente en función del crecimiento, desarrollo y bienestar de quienes lo/la rodean?

 

Como ejemplo, algunos conceptos posibles que podrían orientarnos en la reflexión a partir de tales interrogantes, son:

 

- Poner a las personas y sus necesidades en el centro de todo lo que hacemos; tanto en los ámbitos privados como en lo Público (clientes o ciudadanía). El liderazgo centrado en las personas.

 

- El paradigma del “cuidado” (del filósofo colombiano Dr. Bernardo Toro); el cuidado de sí mismos, de los/las otros/as conocidos/as y no conocidos/as, de nuestro planeta y su naturaleza, de las cosas; los objetos que nos rodean.

 

- La flexibilidad y la agilidad. Poder iterar, aprender y evolucionar permanentemente.

 

- El trabajo colaborativo, la generosidad, el liderazgo de servicio; competencias inherentes a la dimensión social como seres humanos.

 

- El trabajar con propósito y trascender; dejar un legado.

 

- La antifragilidad (Taleb, 2012); que es un concepto que está más allá de la resiliencia; se trata de salir mejores y fortalecidos de las crisis.

 

- La curiosidad, la capacidad de aprendizaje a lo largo de la vida y la mentalidad de crecimiento y abundancia. La Pandemia nos terminó de demostrar que el conocimiento y el saber, son absolutamente provisorios; que lo que hoy es “verdad” y una certeza”, en segundos puede dejar de serlo.

 

- La mentalidad Data-Driven (impulsada por datos); la toma de decisiones estratégicas basadas en análisis de datos e interpretación, en tanto ya no estamos frente al causa-efecto sino a lo no lineal, a lo multicausal.

 

- El Reskilling; el aprendizaje de nuevas habilidades, conocimientos y capacidades para llevar a cabo un trabajo diferente del que se venía haciendo.

 

- El Upskilling; la formación en nuevas habilidades y conocimientos que servirán para desempeñar mejor el trabajo actual.

 

- La actitud “perennial” (perenne); aprender y reinventarse permanentemente .

 

Son quizás más las preguntas que las respuestas posibles en este corto texto; sin embargo, son justamente las preguntas las que nos abren nuevas ventanas, nos invitan a descubrir, favorecen la curiosidad y nos permiten aprender, evolucionar y potencian nuestra creatividad e innovación.