Debido a un número récord de personas que renunciaron a su empleo, todos los sectores de la economía están luchando para cubrir las vacantes. Las organizaciones están modificando prácticas y brindando enormes incentivos para atraer a las personas a volver al trabajo. Los directores ejecutivos y los CHRO se esfuerzan por ofrecer arreglos de trabajo de horario flexible que sean más atractivos que los de sus rivales.

 

Sin embargo, tales enfoques pasan por alto el problema subyacente. Simplemente, el trabajo no funciona para nosotros. No lo era antes de la epidemia, y ciertamente no lo es hoy. Antes de la pandemia, diversos estudios coincidían en que solo el 18 % de los encuestados estaban totalmente comprometidos con el trabajo, el 17 % se sentía muy resiliente en el trabajo y el 14 % confiaba en sus líderes senior y líderes de equipo. Esto habla de un problema que, ni el aumento de salarios o el wellbeing, en sí mismo, no solucionarán.

 

Sabemos esto porque los indicadores de retención, desempeño, compromiso, resiliencia e inclusión, no incluyen el salario, el compañerismo, el lugar de trabajo o el compromiso. Todos los datos coinciden en que sólo cuando se integre de manera efectiva lo que la gente disfruta con sus tareas reales, es cuando realmente generará compromiso.

 

Para detener la avalancha y atraer y retener a las mejores personas, debemos reinventar las ocupaciones en torno a un concepto simple pero poderoso: la pasión por el trabajo en sí. Este puede parecer un término duro en este contexto, pero la pasión de las personas por su profesión puede y debe alcanzar este nivel, y cuando lo hace, pueden suceder cosas increíbles.

 

Crear un entorno donde todos puedan encontrar pasión en su trabajo implica infundir tres conceptos en todo lo que hace su empresa; la clave son las personas. Los empleados, no los consumidores ni los accionistas, son las partes interesadas más importantes de su empresa. Cada uno de esos empleados es un individuo con su propio conjunto de gustos, intereses y habilidades. Crecemos cuando confiamos.

 

Los líderes deben hacer expresamente de la confianza la piedra angular de todos los procedimientos y políticas para que los trabajadores descubran y compartan sus pasiones en el trabajo. Cuando te enamoras de alguien, la química de tu cerebro cambia. Por cierto, muchas felicidades a los enamorados en el día de hoy, San Valentín.

 

Se desconoce la fuente fisiológica específica del amor romántico, sin embargo, parece ser una mezcla de oxitocina, dopamina, norepinefrina y vasopresina. Sin embargo, las investigaciones muestran que cuando estás haciendo algo que disfrutas, el mismo cóctel químico está presente en tu cerebro, junto con la anandamida, que provoca sensaciones de emoción y sorpresa. Interactúas con el medio ambiente de manera diferente después de beber esta bebida.

 

Para ser claros, esto no es lo mismo que sugerir que su trabajo debe incluir enteramente lo que disfruta. No hay evidencia de que a los empleados más productivos y comprometidos les guste todo lo que hacen en el trabajo. Sin embargo, lo que sí es importante es que, si los líderes quieren que su gente tenga un gran desempeño, permanezcan en el negocio y sean comprometidos y resilientes, deben ser proactivos para ayudarlos a encontrar alegría en parte de lo que hacen a diario.