La dificultad para diferenciar las noticias veraces de las fake news y la rápida difusión de estas últimas en redes sociales son dos factores que hacen que su propagación sea cada vez más evidente, siendo los más jóvenes los que más expuestos están a ellas. Según una encuesta realizada por Statista entre abril y mayo de 2022, el 40% de la población española afirmó haber estado expuesta a noticias falsas o desinformación a menudo

 

La desinformación y la propagación de noticias falsas afecta a millones de personas en todo el mundo, polariza opiniones y debilita la confianza en los medios de comunicación y en las instituciones. En un contexto social hiperconectado, las fake news no sólo representan una amenaza significativa para la sociedad, sino también para los estados democráticos, donde el papel de la educación en los más jóvenes, que cada vez se encuentran más expuestos a este tipo de informaciones falsas, se hace esencial.

 

La Unión Europea define las fake news como "aquellas que incluyen información no veraz o manipulada. Pueden tener apariencia de noticias clásicas, pero su contenido persigue engañar al público". La dificultad se presenta entonces a la hora de detectar qué noticias son veraces y cuáles no. El desarrollo de Internet ha permitido un acceso universal a información desde cualquier parte del mundo y en cuestión de segundos, lo que supone que cualquier persona puede acceder a todo tipo de contenidos sin necesidad de poderlos procesar correctamente o ponerlos en contexto.

 

"Su alcance y efecto son devastadores, sobre todo si se habla de adolescentes y jóvenes, ya que pueden afectar la toma de decisiones, influir en opiniones políticas, y en el peor de los casos, generar situaciones de caos y división en la sociedad. La propagación masiva y rápida de estas noticias falsas a través de las redes sociales y plataformas en línea ha convertido a este problema en una cuestión global urgente", explica Carmen Navacerrada, directora del programa en Ingeniería de Software, de IMMUNE Technology Institute.

 

Según datos de Statista, los adolescentes y jóvenes, aunque cuentan con una vida digital mucho más activa, son los que más probabilidades tienen de acabar viendo o leyendo una noticia falsa. En la Unión Europea, por ejemplo, la proporción de consumidores de entre 25 y 39 años que dijo no haber sido víctima de la desinformación en ninguna o rara ocasión fue de apenas un 20%. Además, según una encuesta realizada por el portal entre abril y mayo de 2022, el 40% de la población española afirmó haber estado expuesta a noticias falsas o desinformación a menudo o muy a menudo y sólo menos del 5% dijo no haber sufrido la exposición a las fake news en ninguna ocasión.

 

La UE afirma que existe información engañosa que tiene el objetivo de manipular y que son el uso de las redes sociales y la personalización del contenido los dos agentes que facilitan la transmisión de las fake news. Desde IMMUNE, en su compromiso como centro de formación tecnológica, enfatizan en la importancia de una educación en tecnología responsable. Al capacitar a los jóvenes para que se conviertan en consumidores informados, se fortalece la resistencia a la propagación de información falsa.

 

Asimismo, Navacerrada afirma que la innovación tecnológica puede ser uno de los mejores aliados a la hora de combatir las fake news. "La implementación de tecnologías avanzadas, como el aprendizaje automático y la inteligencia artificial pueden ser muy útiles a la hora de detectar y combatir las fake news. Estas herramientas pueden analizar grandes volúmenes de datos y ayudar a identificar patrones de desinformación, sin embargo, es importante que estas tecnologías se complementen con la supervisión humana para garantizar la precisión y evitar sesgos".

 

Los medios de comunicación y las redes sociales también juegan un papel importante. Estas últimas son el canal principal de propagación de fake news. Estas plataformas son utilizadas para difundir información falsa a gran escala y, en muchos casos, su algoritmo favorece la viralización de contenido sensacionalista sin una adecuada verificación.

 

Por este motivo, la responsabilidad de combatir las fake news recae no solo en los usuarios, sino también en las propias plataformas, que deben establecer medidas efectivas para identificar y limitar la difusión de noticias falsas. Asimismo, los medios deben adoptar prácticas periodísticas responsables y verificar adecuadamente las fuentes antes de publicar cualquier información. Una alianza sólida entre los medios de comunicación, la ciudadanía y los expertos en tecnología que llevan a cabo procesos de verificación podrá lograr reducir la propagación de información falsa y combatir el creciente peligro que suponen en la actualidad.